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Biografía de Cristina Herrera
Nacida en Zaragoza en 1976. El arte ha estado siempre presente en su vida, ya que su madre ya era una reconocida artista zaragozana. Se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y en la actualidad es profesora de pintura para niños en Taller de Arte.
Desde sus inicios su obra ha sido seleccionada en varios premios, como los Premios Santa Isabel de Portugal (DPZ), Premio Delegación de Gobierno en Aragón, Premio de Utebo, Premio Nacional Ibercaja Joven o Premio UNED de Barbastro.
Ha expuesto en salas institucionales como las de Ibercaja en Logroño, Calahorra y Santo Domingo de la Calzada, en Fundación CAI en Zaragoza y Huesca, el Torreón Fortea (Ayuntamiento de Zaragoza), el Centro de Historias o en el Palacio de los Condes de Ribagorza en Benasque. Su obra está en colecciones particulares y en colecciones institucionales como en la Colección Fundación CAI, MUSARCO o Colección Ibercaja.
Cristina Herrera, pintora
Ha expuesto en salas institucionales como las de Ibercaja en Logroño, Calahorra y Santo Domingo de la Calzada, en Fundación CAI en Zaragoza y Huesca, el Torreón Fortea (Ayuntamiento de Zaragoza), el Centro de Historias o en el Palacio de los Condes de Ribagorza en Benasque. Su obra está en colecciones particulares y en colecciones institucionales como en la Colección Fundación CAI, MUSARCO o Colección Ibercaja.
La obra de Cristina Herrera habla del ser humano desde un punto de vista muy personal y naif. Sus imágenes parten de un universo interior en el que mezcla la vida cotidiana con la fantasía. Refleja la realidad con deliberada ingenuidad, aparentemente infantil, persiguiendo con simplicidad su vertiente más poética. Buscando hacer entrar al espectador en ese mundo, idealiza a sus personajes y los provee de una pizca de sentido del humor muy característica.
La paleta de Cristina es colorida y luminosa, alegre y divertida, normalmente de colores planos que sin embargo se yuxtaponen con zonas de diferentes texturas y empastes al óleo, jugando con el material para encontrar distintos ritmos y lecturas.
Sus cuadros conectan enseguida con el espectador, transportándonos a esa infancia divertida llena de luz y color que atesoramos en nuestro interior durante toda la vida.