Sobre los artistas
Mario Campos

MARIO CAMPOS
Nacido en Zaragoza en 1974. Artista y galerista, su obra es muy reconocible por lo que tiene de representación de un mundo irreal extraordinario. Ha expuesto en diferentes galerías y espacios institucionales, como la Galería Pepe Rebollo, la Fundación Santa María de Albarracín, el Córner de Caja Madrid en Zaragoza o la Fundación CAI.
En una deliberada búsqueda de la distorsión propia de ensoñaciones, cuentos o sueños, su pincelada se aleja abiertamente de la perfección y el refinamiento, con trazos intensos y marcadamente gestuales que no esconden su dirección y consiguen una atmósfera sucia y un resultado inacabado. A ello contribuye la utilización de materiales y soportes accesibles, prácticos y ordinarios.
Su obra nos anima a jugar y a imaginar mundos diferentes. Sus personajes son seres animalizados muy expresivos, casi alucinados, en actitud festiva muchas veces, generalmente situados en espacios muy cotidianos, como baños y cocinas. El conjunto provoca una disonancia cognitiva que nos aleja de nuestra realidad y nos introduce en su particular mundo onírico. Un insólito surrealismo original que rehúye de influencias, que provoca vértigo, y que atrapa y desasosiega por igual. En palabras de Mario: “Osos, fiestas, manos, narices y orejas, burros, aseos, baldosas, mesas, platos, tartas e insectos, cumpleaños, culos, monos, pies y uñas, urinarios, cervezas, cabezas, colillas, rayas y sofás, campos, perros, dientes, sonrisas y flores, váteres, hormigas, ojos, chimeneas y nubes”.
OTON

OTON
Nacido en Madrid, en 1978. Actualmente vive y trabaja en Madrid.
La obra de Otón tiene mucho de gamberra y provocadora. Bajo una estética de apariencia infantil e inocente, se esconde una ácida reflexión sobre la sociedad actual.
Otón desafía a las normas para controvertir problemas tan acuciantes como la globalización, el ansia de consumo, las desigualdades o la manipulación de los medios. Los dibujos animados más famosos de la cultura popular son transformados en una imitación burlesca de nosotros mismos.
Trabajo fresco y lleno de espontaneidad, protagonizado por iconos Disney que parodia de forma crítica y mordaz, rompiendo con los estereotipos, géneros y roles socialmente impuestos.
Otón busca la esencia, encontrando en la técnica del dibujo la pureza de lo básico. De este modo, como si de un niño se tratara, crea un lenguaje propio a partir de líneas e impulsos gestuales sobre papel. El resultado es un dibujo puro e inocente, donde no hay reglas y los errores, tachones o borrones están al mismo nivel que los aciertos. Un trabajo lúdico lleno de acidez e ironía, que se guía por una libertad irreductible.